viernes, 15 de julio de 2011

Lo inconsciente: ¿descubrimiento o invención?


¿Es legítimo hablar de "lo inconsciente" como "una región", una "dimensión", un "ámbito" psíquico, un "fenomeno natural" equivalente a un continente geográfico, sólo que situado "adentro"? Con frecuencia se habla de Freud como el descubridor del inconsciente, en analogía con Colón descubriendo América. Y es de sobras conocida la obra de Ellenberger, "El Descubrimiento del Inconsciente".
Sin embargo aquí opera un error categorial: mientras que América es un continente situado geográficamente (accesible empíricamente, positivamente) y determinado por una serie de referencias verificables, como latitud y longitud, y es por tanto un fenómeno "natural", "lo inconsciente" es una hipótesis cultural que pertenece de lleno al ámbito noético, al reino del logos, o para decirlo más brevemente, es una creación de la mente humana. No es naturaleza en el sentido de una positividad localizable y observable y mensurable, sino que en cierto sentido "no existe" salvo en el plano lógico, y sólo podría postularse su "existencia" como una hipóstasis, como una sustancialización metafísica, al estilo de una hipóstasis plotiniana, una postulación (y por tanto pro-puesta: puesta por el entendimiento) metafísica. Es, en todo caso, una obra "contra-natural", una creación teorética. Como tal sólo puede tener existencia como hipótesis (una tesis) teórica o como vida lógica (negatividad, no-existencia). De hecho, como ya decía W. Giegerich en su artículo de 1999, "El futuro de la psicología", incluído en el vol. IV de sus “Ensayos Reunidos en Inglés: El Alma Piensa Siempre":

“'lo inconsciente' no es algo que existiese desde tiempos inmemoriales tal que ocurriera que fuese descubierto en el s. XIX (al igual que América, que existía desde siempre pero fue conocida por los europeos a través de Colón). No, el así llamado 'descubrimiento' de lo inconsciente es el reflejo o el síntoma de la exclusión del mito, el ritual, la religión y la metafísica del conocimiento público y vinculante del hombre, una exclusión que ocurrió en el siglo XIX. 'Lo inconsciente' son bienes culturales sumergidos, un 'lugar final de deshechos' religioso-metafísicos. Y es por tanto sin futuro”