miércoles, 5 de mayo de 2010

La experiencia de la conciencia: conciencia y autoconciencia


Acabo de colgar en la web del Centro un fragmento del libro de Heidegger, "La Fenomenología del Espíritu de Hegel" publicado por ed. Alianza, el cual es un curso que dio Heidegger en Friburgo en 1930/31.  Sólo he selecciónado el momento en que Heidegger aclara la idea de "experiencia" en Hegel, ya que "La Fenomenología del Espíritu" llevaba originalmente por título "Ciencia de la experiencia de la conciencia".  La cuestión de "la experiencia de la conciencia", en tanto que "experiencia" que hace la consciencia misma, aparte de su enorme importancia filosófica, es atingente para una psicología que justamente se haga cargo del proceso de "hacer consciencia", y sea consciente (y consciencia) de la conciencia misma, en lugar de ocuparse de positividades tales como "hombres", "mujeres", "niños", "cerebro", etc. etc. (ocupaciones de la consciencia en la que esta se olvida completamente de sí misma y queda “absorbida” en su saber-del-objeto)  El ámbito psico-lógico de la consciencia (que comienza por ser no sólo consciente-de-algo, sino a la vez consciente de que es consciencia-de) es justamente el ingreso al reino de la absoluta negatividad.

En su clase sobre Hegel,  Heidegger afirma:

La conciencia es primeramente saber relativo, a tal punto que en modo alguno sabe nada de ella misma, de lo que ella es en este caso. Sólo sabe de su objeto y justamente de éste en él mismo, ni siquiera del objeto como tal; es decir, de que él, en este caso, esta frente a un saber de él. Tan pronto como el saber sabe de su objeto como tal, ya sabe que el en-sí del objeto es para la conciencia: ser-para-la-conciencia, ser sabido, ese ser para... es el saber. En tanto la conciencia sabe esto de sí -es decir, ella como saber de... deja de estar-frente al objeto-, el objeto pierde su carácter de en-sí, deviene algo otro, deviene para la conciencia un saber, y este saber mismo, en tanto sabido, por ello deviene otro de lo que anteriormente era cuando la conciencia simplemente estaba absorbida en este saber del objeto. Así surge otro modo del saber y lo anteriormente sabido, el en-sí del objeto, deviene otro. Así se confirma en su verdad lo que ella propiamente es, o sea, lo que ya es en el saber inmediato y no ulteriormente sabido del objeto. En esa confirmación de la verdad es donde pierde su primera verdad, aquello por lo que en primer lugar y al pronto se tenía a sí misma. Pero en esa confirmación de la verdad no sólo pierde algo, sino que, más aún, hace una experiencia, se enriquece con una experiencia, gana una verdad justamente sobre sí. Hace surgir para ella al nuevo objeto verdadero y en tanto ella -la conciencia y su saber- sólo es objeto de esta experiencia, esto significa que la conciencia se enriquece con el saber del saber, de lo que éste sería. En esa experiencia, el saber cada vez da más consigo y así llega a sí mismo, a su más propia esencia.”

Puede leerse el artículo íntegro picando aquí

También recomiendo visitar el blog de Ale Bica, en el que se transcribe un momento de mi reciente clase en la que comenté ese texto, y que puede leerse picando aquí.