lunes, 30 de marzo de 2009

Zizek: La tolerancia represiva del multiculturalismo


Acabo de publicar el artículo de Slavoj Zizek, incluido en en su libro “Defensa de la intolerancia”, Ed. sequitur, Madrid 2008. Traducción de J. Eraso Ceballos & A. J.Antón Fernández, que puede consultarse picando aquí, o también picando aquí.

Las reflexiones de Zizek trascienden el ámbito meramente social y/o político, y dan pie a plantearse un cuestionamiento de ciertos “valores” de la psicología profunda, la psicología imaginal e incluso la crítica cultural al “eurocentrismo”, con afirmaciones tan osadas y sugerentes como cuando escribe:

“E
l multiculturalismo es una forma inconfesada, invertida, auto-referencial de racismo, un "racismo que mantiene las distancias": "respeta" la identidad del Otro, lo concibe como una comunidad "auténtica" y cerrada en sí misma respecto de la cuál él, el multiculturalista, mantiene una distancia asentada sobre el privilegio de su posición universal. El multiculturalismo es un racismo que ha vaciado su propia posición de todo contenido positivo (el multicuIturalista no es directamente racista, por cuanto no contrapone al Otro los valores particulares de su cultura), pero, no obstante, mantiene su posición en cuanto privilegiado punto hueco de universalidad desde el que se puede apreciar (o despreciar) las otras culturas. El respeto multicultural por la especificidad del Otro no es sino la afirmación de la propia superioridad… El fundamento cultural o las raíces sobre los que se asienta la posición universal multiculturalista no son su "verdad", una verdad oculta bajo la máscara de la universalidad ("el universalismo multicultural es en realidad eurocéntrico..."), sino más bien lo contrario: la idea de unas supuestas raíces particulares no es sino una pantalla fantasmática que esconde el hecho de que el sujeto ya está completamente "desenraizado", que su verdadera posición es el vacío de la universalidad.”

Para este último punto, es conveniente remitirse a las agudas observaciones de W. Giegerich acerca del intento psicológico de “liberarse” del “eurocentrismo” o del “etnocentrismo”, en su artículo sobre la verdad.

El vacío de la universalidad apuntado por Zizek hace también referencia al “magnum opus del alma hoy” que ya “no es la individuación, sino la globalización. Y globalización significa la eliminación de la identidad personal como algo de propio derecho y el sometimiento lógico de todo lo individual a la única gran meta abstracta del máximo beneficio: la ganancia debe aumentar, pero yo debo decrecer” (tal como lúcidamente lo ha expuesto Wolfgang Giegerich en su artículo acerca de la falacia de la oposición "individual vs. colectivo")